Pequeños

domingo, 25 de diciembre de 2011

Prometido.

Hay algunos momentos que deseo con todas mis fuerzas correr y correr para perderme. Tengo la necesidad de llorar sin parar y de abrazar a alguien muy fuerte. De tener a esa persona a mi lado, que me sabe comprender aún sin soltar ni una sola palabra. Miro con ilusión el día en el que realmente pueda ser feliz, y que eso suponga algo normal. Quiero borrar los malos recuerdos. El problema es que no sé si seré capaz. ¿Sabes?, ya estoy cansada de siempre lo mismo. Vuelvo a la cama con la cara empapadas en lágrimas, otra vez. Y me doy cuenta de que esto se está desviando por el camino equivocado, que ya es demasiado peso para soportar. Por eso, hoy he tomado una decisión que siempre recordaré, la más difícil de mi vida y la que más daño me hará, seguramente. Pero tenía que hacerla, tengo que afrontar mi pesadilla de una vez, y demostrar que puedo ser feliz. Por eso, hoy quitaré todos esos recuerdos de mi cabeza. Ya no más lágrimas, ni más tristeza; ahora sólo me queda disfrutar de todos esos días que malgasté y con una sonrisa en mi cara pensar que algún día todo volverá a ser igual de fácil que antes. Y para finalizar decir, que no es que lo vaya a intentar, es que prometo volver a ser la misma de antes, aquella a la que no se le borraba una sonrisa de la cara, porque hoy me han demostrado que importo, y que si estoy aquí es por algo. 

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