Pequeños

sábado, 21 de enero de 2012

No quiero darme cuenta del sitio en que vivo.

El miedo entra sin llamar a la puerta. Dicen que cada vez que caes, te levantas con más fuerza. Dicen que cada cicatriz que tienes, la parte de alrededor se hace más fuerte. Dicen que cada lágrima que cae, impide que caigan más. Pero si así fuera, un pequeño hilillo no se perdería entre piedrecitas, y por mucha lluvia que cayera, dejaría de existir, cada vez que me perdiera, sabría encontrarme, pero no veo el camino, hay mucha niebla. Me acabo de dar cuenta de que estaba mirando el mundo al revés. No existe Peter Pan. La gente muere de hambre mientras otros tienen sobrepeso. Me da miedo todo, hasta yo misma. Ando de puntillas para no hacer ruido, cierro los ojos para no ver el horrible sitio en el que vivo, y me tapo las orejas con las manos para no oírlo.

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