Yo quiero ser pirata.

Todas de pequeñas queremos ser princesas, tenemos las expectativas que nos inculca Disney, es decir, príncipe azul que viene a por ti en un caballo blanco, castillo, y final feliz. Pues yo no, no quiero ser princesa, lo poco que he aprendido en esta vida, es que contra más esperes de los demás menos tendrás, así que, yo quiero ser pirata. Yo no quiero ser la típica niñita pija que lo tiene todo, que lo que tenga sea lo que me merezca. Quiero ser pirata, ¿por qué?, pues simple, quiero vivir la vida; mientras que las princesas no salen a ver las estrellas porque se refrían, los piratas duermen mientras las estrellas los vigilan; porque las princesas no salen del castillo mientras que los piratas ven mundo siempre; porque las princesas llevan zapatos de tacón, mientras que los piratas les da igual su imagen, van descalzos; porque los labios de una princesa saben a caramelo, y los de un pirata saben a mar; porque la piel de las princesas es blanca y suave, mientras que la de los piratas es morena de tanto que les da el sol; porque las princesas se les prohíbe llorar, estropearían su carita de muñeca, mientras que una pirata no le avergüenza a llorar; porque las princesas tienen miedo al qué dirán, y los piratas se come el ridículo; pero sobre todo porque mientras que las princesas huelen a tranquilidad los piratas huele a locura, y yo sin mi locura no sería nada, por eso, YO QUIERO SER PIRATA.